Inexorablemente pasan los días de vida, y mi reloj de arena se va vaciando. Días de nuevas experiencias, este gimnasio para el alma que no para de ofrecernos nuevas oportunidades para crecer, para mejorar, para descubrir lo que de verdad somos, para convertir las fuerzas conforme a las cuales nos movemos, en fuerzas de amor, dirigidas, no a deseos egoicos y narcisistas, sino a los deseos universales de mejora de uno mismo con respecto al mundo, y mejora del mundo y del otro, que también soy yo.
Observémonos, conozcámonos, saboreémonos, con la intención siempre puesta en el horizonte de un crecimiento, «con la nariz vertical y la mirada horizontal», en el aquí y el ahora como punto de partida, pero teniendo presente siempre que sólo si dirigimos nuestro camino hacia una meta clara, allí arribaremos; que no se llega a la otra orilla sin esfuerzo, hay que remar en esa dirección, poco a poco, con mucha paciencia y compasión con nosotros mismos, pero sin dejar de hacerlo.
Y sin olvidar que, en realidad, en el propio sendero está el Nirvana.
milladoce 
Bonitas palabras amigas, bonitas reflexiones y todas verdades como puños. Sigue escribiendo amiga, me encanta leerte. ¡¡Te adoro!!
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Gracias preciosa 😘
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Inexorablemente pasan los días de vida, y mi reloj de arena se va… LLENANDO…
Hay dos formas de ver la vida y afrontar sus circunstancias y se resumen en la frase que todas las noches tenían una abuela y su hija justo a la hora de ir a dormir. La abuela que conocí en mi adolescencia, ya al final de sus días, siempre decía con una sonrisa camino de la cama … ¡Bueno pues un días más! … a lo que su hija susurraba con cara de tiquismiquis ¡Si.. y uno menos!
La filosofía de vida de ambas iba implícita en esas dos oraciones que como un oremus pregonaban cada velada, la de la abuela, vital, optimista y alegre y la de su hija todo lo contrario…
Yo desde entonces siempre intento sumar días 🙂
Aunque parafraseando muy libremente a Ortega …»Cada uno es cada uno y sus circunstancias» … Y yo añadiría… «circunstancias atenuantes, eximentes o agravantes».
Compañera sigue con tu buen camino y déjanos que de vez en cuando te acompañemos en este sorprendente sendero.
Un besote
Coco
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