Sierra Nevada 2017

 

En una escapada de fin de semana, hacemos una incursión en el Parque Nacional, en su extensión, en su altitud y en su magnificencia.

Se planea con tiempo, hay que sacar la tarjeta de la Federación Andaluza de Montaña (o de la gallega, o la murciana, claro!). Yo lo hice a través del club sevillano de montañismo ELBRUZ, 54€; 20€ la cuota de socia, y 34€ para federarme 1 año. Todo para tener cobertura del seguro, imprescindible en la montaña.

Salimos de Sevilla sobre las 17:00, y llegamos a las 20:30, al Refugio de Montaña del Postero Alto, cerca de Jeres del Marquesado, en la zona de Guadix. Es la cara norte del Parque Nacional, y a diferencia de otras zonas, tiene mucha vegetación.

El refugio es muy básico, mucho más que el Refugio del Poqueira donde estuvimos hace un año, con mucho movimiento y ruido, cual en Las Vegas. Aquí la cena un poquito peor, y las instalaciones muy rudimentarias. Pero bien cobrado: dos noches pernoctando, dos cenas y dos desayunos, y una ducha, 61€ (estando federada). Si es sin federar, creo que fueron unos 90€.

Literas en dormitorios de 8 o 10 personas, mixtos. Baños compartidos, solo uno doble (de esos con los inodoros con puertas del oeste, muy discretito), y otro individual mixto al lado del comedor, solicitado todo el tiempo.
Eso sí, la ubicación, excepcional, y la construcción, a base de módulos rodeando la cabaña central, revestidos de pizarra y tejados a dos aguas, muy acertada, salvo por el detalle de que en invierno, al parecer, del comedor a las habitaciones pasas más frío que pelando rábanos…

Por la noche, en la mágica noche de San Juan, las estrellas se veían perfectas, numerosísimas, apretadas como un cojín cuajado de diamantes. Nunca había visto nada igual! Parecía el tesoro de Topkapi!! No había luna, lo que permitió ese inolvidable espectáculo. Buen rato echamos el grupo, identificando constelaciones, y haciendo el tradicional ritual de quema de tó lo malo, y llamamiento al universo para que lleguen cosas buenas ( que llegan, sí, llegan siempre).

Tras un militar descanso y un anodino desayuno – constituido por medias lunas y tostas industriales, y cereales de los corrientes-, salimos a andar a las 8:00. Buen camino montañeros!!

Maqueta de la zona, 17, 18, 19 y 20 fueron nuestros!!  (El Refugio, el 12)

Vistas desde el Refugio

Preparados para subir

Tramo del SULAYR

Ascendemos suavemente hasta un primer tramo del Sulayr, (si ganas tenía de hacer el SULAYR, ahora más !!!), para pronto enfilar el ascenso por el Barranco de Alhorí. Éramos un grupo de 11 personas, con muy buena y buena (los demás) o aceptable (yo) forma física; en serio, hay que estar algo preparado, ese ascenso es cañero…


Tras llorarle un rato al jefe de expedición, mi amigo súper Coco, paramos a la vera del arroyo Alhorí, un sitio mágico, rodeados de verde, montaña, susurrantes aguas cristalinas y cabras monteses. Éstas no se cortaban un pelo, se acercaban a nosotros demandando nuestro cariño (en forma de comida, que no les dimos). Había un montón!! Las fotos son de Coco, espectaculares! Barrita energética, un par de avellanas, rellenado de cantimploras y p’alante.


 

Continuando el ascenso, llegó un momento en que tuvimos que trepar con manos y pies, no siendo consciente yo de que la excursión incluía parte de escalada! Luego llegamos al circo de los Tajos Negros de Cobatillas, atravesando un paisaje lunar excepcional, formado por la acción de los glaciares en retirada hace miles y miles de años. Breathtaking.

 

 

Subir la última falda de la montaña hasta la cima de Picón de Jeres (3.080m) no fue tarea fácil. Después de salvar un desnivel de más de mil cien metros, con una pendiente final de vértigo (no miraba para atrás por miedo a caer al vacío), del esfuerzo por poco no echo la barrita energética que había engullido bajo la estrábica visión de mis amigas las cornudas.

 

Arriba, algo más al sur, desde el Cerro Pelao (3.181m) , nos esperaba otro hermoso premio: las vistas de las cumbres más altas de la sierra (Mulhacén, Veleta, y el pico de Alcazaba),  y una espectacular visión de la vega granadina, a nuestros pies.

 

 

Fotos, bocata y empanada del padre de Noelia (olé tú, Ricardo!) hicieron las delicias de nuestra pausa bien merecida. No sé cómo, pero en estas situaciones siempre hay alguien que saca una bandera del Betis … el Betis me persigue.

Del Picon de Jeres a Cerro Pelao, pasamos por Puntal de Juntillas (3.139m), y por Cerro Rasero (3.110m). Foto, foto, foto y foto.

 

Picón de Jeres

Puntal de Juntillas

Cerro Pelao

El resto del camino fue todo de bajada. Seguimos la explanada del Cerro, donde hallamos unos insectos extraterrestres mitad saltamontes mitad babosas; otra veintena de cabras, sorteamos las rocas llamadas de los Ladrones, y bajamos, bajamos, bajamos, hasta hacernos polvo las punteras de los dedos de los pies, y las rodillas. Ni una parada a la bajada, con la querencia equina hacia el Refugio.

 

Mosca asquerosa grande atacando a otra mosca asquerosilla

Mitad langosta, mitad babosa…

A la llegada, competición grupal por una de las dos duchas, cena que nos supo a gloria (ésta sí), y buen rato nocturno propio de un campamento, con dos botellas de vino, en el porche, sobre las mantas con pelotillas, y bajo las estrellas. Qué más se puede pedir? Cómo se disfrutan esos momentos de compañerismo, todo el mundo con el cuerpo dolorido pero con el corazón contento.

Esa noche todos dormimos mucho mejor que la noche anterior. Hubo ronquidos incluso, pero no pareció molestar a nadie. No todos los días se coronan cuatro tresmiles…

 

8 comentarios en “Sierra Nevada 2017

  1. Que maravilloso reportaje hermana! Y que fotazas! Desde luego Coco y tú hacéis un equipo cojonudo. No se como no se os estan rifando ya los de National Geographic pa su revista! En pañales se quedan los articulistas q hay por ahi….😍😍

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  2. Querida amiga, ¡¡magnífica exposición!!

    Un gustazo leerte y disfrutar de todas tus explicaciones que a buen seguro no hace más que imaginarte allí mismo. Tienes una gran memoria para acordarte de los lugares, sé que no lo vas apuntando sobre la marcha.
    Algún día vas a escribir para alguna revista porque si no es así se estarían perdiendo una fantástica redactora. Sigue siendo feliz amiga y sobre todo sigue contándonoslo. ¡¡Te quiero pequeña!!

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