Gili Air, Lombok

 

Playa en Gili Air

22 de septiembre 2015
De vuelta en el barco que nos devuelve a Bali, camino de nuestro último destino en Indonesia, Ubud.
La escapada a Gili Air ha sido todo un acierto. Hemos pasado 48 horas allí, quizás se nos ha quedado un poco corto, pues no hemos tenido ocasión de visitar las islas hermanas, Gili Meno y Gili Trawangan. No importa, ha sido suficiente para tomarle el pulso a este pedacito de paraíso.

 

Foto aérea ( tomada prestada de internet)

Las islas Gili pertenecen al estado de Nusa Tenggara. Están al oeste de una de sus principales islas, Lombok, y quedan a una hora en barco al este de Bali. Enfocadas para un turismo mochilero quizás en un comienzo, se ve que se están transformando poco a poco para recibir a viajeros con gustos más aburguesados. Sobre todo la parte sureste de Gili Air está plagada de hotelitos con piscinas y restaurantes con camas balinesas frente al mar. Pero mantiene un espíritu joven y desenfadado. Calles sin asfaltar, aquí no hay vehículos a motor, por lo que, o caminas, o te alquilas una bici (óptimo para recorrer la isla, que de diámetro debe tener unos dos kilómetros) o, si llegas cargado, pagas las 100 mil INR (6€) que cuesta un pintoresco carro con su mulo. (Las bicis, cuestan la mitad por 24 horas).

 

Ambiente nocturno en Gili Air

La isla ofrece muchas actividades, aunque lo más destacable son los cursos de buceo, tanto con tanque como de apnea, y el snorkel. Los fondos marinos son de muy buena calidad, y tienen el aliciente de que aquí es fácil ver tortugas marinas, pues hay un centro de conservación y cría en Gili Meno. Nosotros no tuvimos suerte esta vez, aunque hicimos snorkel en la parte cercana al puerto.
  


La vida ha sido muy tranquila aquí. Como no hay mucho que hacer, te buscas actividades lúdicas para no quemar demasiado tiempo en la tentadora piscina del hotel, chutándonos de wifi, la metadona del siglo XXI.

 

Grand Sunset Resort Gili Air

 

Grand Sunset Resort habitaciones

Había un curso de cocina que tenía buena pinta, aunque esa experiencia la dejaremos para Ubud. En su lugar, aprovechamos y fuimos a H2O, un centro de meditación y yoga regentado por un simpático australiano, en el que ofrecen clases de horas, días e incluso estancias largas. El sitio, en medio de la isla, tiene muchísimo encanto, con grandes palapas donde se reúnen los grupos al aire libre. Tienen también cabañas, y cuando hemos estado estaban construyendo una piscina.

H2O en Gili Air

   Nuestra clase de yoga al atardecer fue una delicia, aunque al ser en inglés australiano, y habida cuenta de nuestro limitado vocabulario en la materia, hubo bastante que se escapó a nuestro entendimiento. Suerte que nos pusimos los últimos de la clase, para copiar posturas… : ). Buenísima la profesora, que comparaba las posturas con el fluir de las olas del mar, y hacía que pareciese que aun estábamos bajo el agua, lo que ayudaba mucho. La clase terminó con un rato de meditación con campanas tibetanas que fue toda una experiencia. Un regalo para nuestros cuerpos.

Y como si aún no nos hubiésemos mimado suficiente, después del yoga nos metimos dos horas de spa que fueron gloria bendita! Masaje balinés y exfoliación corporal con granos de arroz, y para terminar, tratamiento facial, todo por menos de 20€! Delicioso. El sitio se llama Spa Pulang Madu, y es muy recomendable. Había otros aun más baratos por en medio de la isla, pero tenían bastante peor pinta.

 

Spa Pulang Madu

Un detalle: por qué tengo la sensación de que aquí quienes más curran son las mujeres? Tras dos horas haciéndonos el masaje, fueron las dos chicas quienes tuvieron que ir al quinto pino a buscar la máquina para pagar con tarjeta, mientras dos tíos se quedaban en la recepción del spa, tocándose las narices. Me ha vuelto a pasar esta mañana en un puesto: le pido agua a un tío que estaba oyendo música , y me ha redirigido a una chica. También he visto a tres mujeres peonas haciendo un acerado con palas. Es una impresión, no profundizo.

Si tuviera que volver aquí, haría algunas cosas diferentes:

– reservaría tres noches en lugar de dos, para dedicar un día completo a Gili Air, y otro a las otras dos islas.

– haría el curso de refresco de open water antes en otro lado, ya que aquí cobraban 850.000 INR, 50€, por una hora en la piscina. Demasiado. Cada inmersión, 450.000 INR aprox. O incluso puede que me atreviera con la apnea, que tiene una pinta buenísima.

– llevaría mi propio equipo de snorkel para evitar, no tanto la clavada, que lo fue ( 75.000 INR y sólo lo usamos un par de horas), sino el lamentable estado del equipo. El mío tenía hasta grapas en las aletas!

Lo de alquilar la bici fue un total acierto, pues aunque la isla se pueda recorrer andando, en bici es súper agradable. Nosotros, de naturaleza fatiguita, creo que no dejamos ningún camino sin recorrer, tanto los de la costa, más turísticos, como los rurales del interior, donde encontramos las viviendas de los locales, con sus pollos, sus gatos y su tranquilísimo estilo de vida.


Me quedo con la imagen de anoche, cuando salimos de cenar después del spa, pedaleando por sunset bulevar hacia el oeste, por el camino de arena, agarrando las linternas como podíamos, sólos con la única compañía de algunas vacas en los campos, la silueta de las palmeras, y la luna, brillantísima en cuarto creciente.

Si me pierdo, por favor que me busquen en Gili Air.

Algunas fotitos más:

 

Lo del fondo es Gili Meno y un volcán!

 

 

Relax y bintang ❤️

 

Y enfrente, Lombok

Panorámicas de Gili Air

 

Un comentario en “Gili Air, Lombok

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