Hace un par de años hicimos un viaje increíble Nan, su madre Carmen, y yo. Fue un viaje muy especial, porque era la ilusión de Carmen desde hacía muchos años. Además, el viaje reunía muchas de las cosas que adoro al viajar: ver mucha naturaleza y bichos (vimos muchísimo de todo eso!), interactuar con los lugareños (sobre todo en Buenos Aires y Río), y elegir sitios para dormir y comer buenos , bonitos y bien de precio!

Este es un viaje que nunca olvidaremos. Aún tengo que recopilar las últimas fotos del viaje, las de Río e Iguazú con Rodrigo, pero voy a publicar ya, no me resisto : )

ITINERARIO:

Buenos Aires – Ushuaia – El Calafate – Península Valdés – Iguazú (Brasil) – Río de Janeiro (Brasil) – Buenos Aires

Buenos Aires, 1 de noviembre 

Día 1. Comienza nuestro viaje!!

Vuelo Madrid – Buenos Aires con Iberia, un coñazo. Llegamos muertos. Hotel Galería, en todo el centro, estupendo, amplio, cómodo. Desayuno bastante bien.

Me asomo a la ventana: llueve. Vaqueritos y zapatillas de deporte . Ahora, a tomarle el pulso a la ciudad!!!

Ushuaia, Patagonia, 3 de noviembre 

Le vamos cogiendo el gusto a Argentina. Nuestra primera parada, en Ushuaia, colma nuestras expectativas. Increíble el parque nacional de Tierra de Fuego, con sus dos bahías rodeadas de nevadas montañas andinas, y sus bosques de árboles australes, y sus avutardas…

Y hoy, la navegación por el Canal del Beagle ha sido muy emocionante. Hemos disfrutado viendo la colonia de leones marinos y cormoranes. Sensación de expedición científica a la Antártida!!. Frío y viento. Y un sol que de pronto asomaba para calentarnos.

Qué belleza de Canal, con Chile a un lado y al otro Argentina.

Y por la tarde, excursión a los lagos. Espectaculares paisajes.

Parada para comer, en Tante Sara, correcto, 420 pesos, y descansar al hotel, La posada del fin del mundo. Con su encantador nombre, nos tenía sugestionados. Al llegar nos recibieron en su hermoso salón con balconada dando a las montañas, y una cuidada elección de muebles. Es un sitio en el que sólo entrar, ya te sientes agusto. Sin embargo, las habitaciones (la nuestra, al menos, la 7), no se corresponden con la calidez y el confort de la zona común. Las camas cómodas, pero pequeñas. El armario insuficiente. La decoración, pobre, y lo peor, un baño de hace 20 años con un tremendo déficit de comodidad. Y no sólo escaso de muebles, baldas, o mampara para una incómoda ducha, sino que el espejo estaba oxidado, y la puerta destrozada. Es decir, una tristeza de baño. Al menos los edredones y la pantalla de plasma sin modernos!

El Calafate, Patagonia, 6 de noviembre

Encantador lugar vacacional, muy turístico, eso sí, pero adaptado a las necesidades del que viene de muy lejos y busca disfrute y comodidad. Quizás, eso hace que este lugar – el pueblo- me parezca mucho menos auténtico que Ushuaia, aunque es innegable su hermosura, y que los alrededores son verdaderos monumentos naturales.

Ayer, volviendo de la excursión «todo glaciares», se lo comenté a Nan: con tanto paquete turístico, te da la sensación de que te pierdes la verdadera esencia de este trozo de país. Montarte en un bus hacia el puerto, recorrer los lagos y fotografiar sus glaciares – espectaculares- y volver a montar en bus de vuelta, recorriendo los alrededores del lago argentino – igualmente impresionantes-, pero pasar, de largo, esos maravillosos paisajes, verlos desde la ventanilla del bus, quedándote con las ganas de bajarte y hacer senderismo, tocar las piedras, subirte al monte para deleitarte con los diferentes turquesas del lago… Este sitio es para venirte con una tienda de campaña y perderte una semana por ahí!!!

Lago Argentino y Los Andes al fondo

Hoy vamos, en bus (emoticon de carita sacando la lengua y guiñando un ojo) otra vez al Perito Moreno, esta vez lo veremos por su cara sur. Y lo mejor: pondremos unos crampones en nuestros pies y haremos un trekking por encima del glacial. Estoy segura de que va a ser una experiencia inolvidable! Tengo muchas ganas!!

Hotel El Calafate: Linda Vista: lugar muy recomendable, salvo por la calefacción, que te asas!!! Por lo demás, muy limpito, bien preparado y completo, con TV, cocina, nevera. La cabaña tiene para 5 personas. Limpias y nuevas toallas. Personal tímido pero agradable. Mejor dejarse ayudar por ellos para organizar excursiones, porque no te cobran de más.

Cena en Casimiro, El Calafate, día 5: la mejor comida (cena en este caso) desde que llegamos. La carne buenísima, sobre todo mi «entraña», al punto. Espectacular.
Nan pidió «vacío» y estaba demasiado hecho, y era menos tierna. Carmen, un escalope a la milanesa, muy sabroso. De entrada, verduras a la brasa. Y de acompañamiento, puré de patatas, patatas a plomo ( mmm), y batatas fritas. Vino NEWEN, de Malbec patagónico. Muy rico y embriagador! Total, 710 incluyendo propina. Muy recomendable.

Península Valdés, 9 noviembre

Tercer punto que tocamos en Patagonia, tras Ushuaia y El Calafate. Aquí sí que se perciben esos paisajes llanos extensos que uno espera encontrar en esta latitud.

Hemos estado en una Estancia (Hacienda), La Antonietta, que nos ha cautivado. Nada de lujos, eso no. La clave de este sitio es su autenticidad y, más que nada, la personalidad de su dueño y nuestro anfitrión, Guido, quien nos ha tratado desde el minuto primero como si fuéramos de su familia. La sorpresa que nos brindó nada más llegar no la olvidaremos en la vida: un paseo de cuatro horas por una playa absolutamente solitaria (por ser suya, más que nada), repleta de elefantes marinos. Un momento mágico, de ensueño, nos sentimos unos privilegiados por poder vivir esos momentos. Vimos a los bichos durmiendo, despertando, bostezando, observándonos, huyendo de nosotros, peleándose entre sí en el agua, e incluso vimos crías jugueteando entre ellas. Enormes masas de piel y grasa, con dos enormes ojos de una ternura indescriptible.

Al día siguiente, visitamos Punta Tombo, la pingüinera continental más grande del mundo, con muchísimos pingüinos alrededor de unas bonitas pasarelas y un centro de interpretación estupendo. Tuvimos suerte, llegamos los primeros por la mañana y los vimos todos dormidos aún, empollando sus nidos, y luego bajando a veces solos, a veces en pareja, a pegarse un chapuzón, en una preciosa playa. Entorno encantador, muy recomendable visita, mejor llegar a las 8:00, que es cuando abre.

 

Buenos Aires, 10 noviembre

Buenos aires, aeropuerto, camino de Río de Janeiro

Estos días en península Valdés han sido espectaculares en cuanto a avistamiento de fauna, sobre todo marina. Me voy con la sensación de que están mucho más desarrollados que nosotros en cuanto a su conservación. Porque, ¿cómo imaginar una península con el tamaño de la isla de Menorca, totalmente protegida en su litoral? Tan protegida, que no se permite el acceso a las personas a la playa? Eso, que al principio vi como algo contrario al derecho de cualquier individuo a disfrutar de una playa -concepto tan inherente a los españoles, el dominio público marítimo-terrestre, que consideré como semejante a las privatizaciones costeras en Méjico, que tanto detesté cuando las vi- eso, repito, he llegado a apreciar que son lo único que permite a los animales volver cada año a ese sitio, porque es suyo. Es la única forma de que los bichos – pingüinos de Magallanes, ballenas francas australes, orcas, lobos y elefantes marinos- estén realmente protegidos y en su casa.

He quedado prendada del sistema de protección ambiental que nosotros no podríamos ni soñar (nos imaginamos que pudiéramos cerrar una playa entera, como la de Vera, en Almería, simplemente por la aparición de la tortuga boba en sus aguas? No, en España el interés turístico / económico estaría antes que el ambiental). Eso nos diferencia de ellos.

 

Río de Janeiro, 11 de noviembre 

De vuelta en esta gran ciudad. Después de 11 años que llegara con Nan por primera vez, mochila al hombro, a las 5 de la mañana, buscando un portal en Nossa Sra de Copacabana , casa de mi amiga Rafaela… Hoy hemos vuelto a pasar por allí, y increíblemente sigue estando el Eclipse, donde tomábamos esos maravillosos desayunos ( café da manhá?).

Río sigue teniendo la misma energía, es poderosa, palpita como un joven corazón.

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Llegar a Río, y pensar en nuestra ciudad, Sevilla, en cómo está, cargada de pesadumbre, es un gran contraste. Aquí la gente está vibrante. Samba!!!!!

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Siento, siento, siento, siento el palpitar de esta bella ciudad. Siento su energía. Me siento tan bien en Río, desde la primera vez que vine, ahora también. Cómo me gustaría vivir aquí!

¿Por qué siento esa conexión con Río? No lo sé, pero la siento. Me hace sentir bien. La ciudad que enciende todos mis sentidos. Su música, su color, su olor. La samba, la vegetación, el mar. El abacaxí. Si me pierdo, que me busquen en Río de Janeiro.

 

Iguazú, Argentina, 15 de noviembre 

Estoy ya al borde del colapso. Mi cuerpo está hinchado como una pelota, mis tobillos anchísimos, mi piel estirada y mi barriga gorda. Ayer estuvimos todo el día en las cataratas, en la parte argentina, y no habíamos dormido, así que eché un día agotador. Hoy he elegido quedarme solita en el hotel hasta las 12:00, que iré a encontrarme con ellos en un shoping Center para luego ir a comer ( a comer más!).

Iguazú sigue siendo precioso, pero una segunda vez no es tan impresionante como una primera. Además, ya al final del viaje parece que las cosas te sorprenden menos.
O es que simplemente ayer me pilló hecha un flan, tras haber levantado a las 3 de la mañana para volar desde Río directamente a la Garganta del diablo… Hoy es un día de esos azules en los viajes en los que me propongo descansar. Aún quedan tres días en Buenos aires que espero disfrutar mucho.

 

Buenos Aires, 17 de noviembre

Tanto hablar de esta ciudad, ¡por fin la conozco! Tour ayer con un coche antiguo, un citröen 2 caballos con muchísimo glamour, nos recorrimos los barrios más importantes para ver: el centro, La Boca, Puerto Madero, San Telmo, Palermo y , por fin, La Recoleta. Qué ambiente! Qué ciudad! Hacia sol, el día perfecto para pasearse y descubrirla: sábado de primavera, 25 grados. Ambiente!

Luego fuimos a cenar a casa de Carlos y Carmen, argentino y Ubriqueña afincados acá, que nos trataron como reyes. Hoy vamos a patear San Telmo. Promete!!

Más tarde, a las 12:30: Ya estamos en La Brigada, acabamos de sentarnos. Que buenas expectativas!!! Mmmmm

…
Algunos meses más tarde…  Sólo decir que, efectivamente, la carne de La Brigada no decepcionó, aunque la factura fuera alta, y el paseo por el barrio de San Telmo fue de las cosas más lindas que he vivido. Mercadillo, ambientazo!

A Argentina hay que volver.